El color de la palabra 


La movilización establece distintos espacios de expresión desde el arte y la palabra, es entonces en este proyecto que se analiza el graffiti como un manera de denuncia hechos atroces y violación de derechos humanos. El uso del cuerpo, la palabra, la imagen y el baile genera nuevas perspectivas y condensa los elementos en favor de la protesta: 

Soy un cuerpo que lucha

Un alma que resiste

Un grito que no se silencia

Un lamento que retumba en las paredes de los invisibles.

 

Soy el ojo borrado del rostro de un joven

La piel marchita de una flor apaleada

La víctima de un zumbido de muerte

Un ahogado entre gases.

 

Soy el retrato de los desaparecidos

Las tumbas de los sin nombre

Soy el cuerpo que aún navega en el río

Soy la carne que se pelearon los gallinazos

 

Hay días que soy memoria y otros que soy olvido

Una voz entrecortada de una madre esperanzada

Soy un número perdido en el silencio

Una boca con palabras cansadas

Soy calma y a la vez soy fuego 🔥

Una llama que se incendia a cada instante

Soy el caos que no encuentra calma

La piedra lanzada por la mano que ahora yace inerte

 

Oscuro testigo silenciado por las armas

Soy vértigo en la mirada del asesino

El grito de los que resisten

El clamor de los que no olvidan sus muertos.

Soy canción que danza con el viento

El estallido de balas que se confunden con las notas de esta macabra melodía

Soy el lienzo donde se dibuja la barbarie

Una pared que evoca sangre

Y un pincel que desdibuja la ilusión de un cambio.

Soy la mano que empuña el azadón

Y el machete que corta la hierba

Soy el que escarba la tierra en busca de alimento y termina sembrado en un campo santo.

Soy el estudiante caído

El joven en busca de trabajo

El anciano que reclama muerte digna

La madre de los cuerpos inertes entre las manos de los que proclamaban justicia

Soy ausencia, soy recuerdo y soy olvido

Un silencio en la memoria

Caminante sin regreso y sin camino

Uno más de los desaparecidos...

Una marea que se mueve con la rabia

Un dolor que sabe a sangre

Un vacío que crece con el tiempo

Una nostalgia que ahonda la Soledad

Un cuerpo que cae traspasado por el odio

Manos que intentan devolver la vida perdida

Y un silencio cómplice que proclama el fin de una protesta

Una luz que llama el cuerpo que yace tendido ante sus últimos suspiros

Seres que intentan devolver el aliento a unos huesos muertos

Espaldas que huyen del ruido de la carne que los llama

Manos que intentan limpiar la sangre que los delata. 


Autores: Hernán Ruiz y Laura Del Mar 


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